Jabilla Criolla, Jabillo, Jabilla, Ochoó, Tronador, Ceibo lechoso, Ceiba Amarilla, Solimán, Salvadera y otros nombres. En República Dominicana se le conoce como Jabilla Criolla. Su Nombre científico es Hura crepitans y pertenece a la familia Euphorbiaceae. Es nativa de regiones tropicales de América. Es nativa de República Dominicana.
Es un árbol de hojas perennes que puede alcanzar los 60 metros de altura. Desarrolla un tronco recto, cilíndrico, sin ramas en su mitad inferior. Su copa es amplia y muy extendida, presentando gruesas ramas que crecen de manera horizontal.
Sus raíces son bastante superficiales y con grandes costillas o contrafuertes que le permiten anclarse bien en el suelo. El tronco tiene su corteza cubierta de espinas o aguijones.
Las hojas son grandes, simples, en forma de corazón. Tienen un pecíolo largo, nervaduras muy marcadas y color verde brillante.
El Árbol de Jabilla Criolla es una especie monoica, ya que tiene flores femeninas y masculinas en una misma planta. Las flores femeninas son solitarias, rojas y sin pétalos. Las flores masculinas se producen en racimos largos.
El fruto tiene forma de una pequeña calabaza que tiene cerca de 15 celdas, y dentro de cada celda, una semilla, de forma aplanada y de unos 2 centímetros de diámetro. Cuando el fruto se seca, se abre violentamente, produciendo un ruído fuerte y expulsando las semillas a gran distancia del árbol.
La reproducción del Árbol de Jabilla criolla se hace por semillas y por esquejes o estacas.
La madera de la Jabilla criolla es pesada y compacta, se conoce como Hura y se usa para trabajos menores de construcción. En algunas regiones se usa el látex que se produce en todas las partes del árbol, para adormecer peces y poder atraparlos. Algunas especies de aves y monos se alimentan de sus frutos y semillas cuando están tiernos.
El látex venenoso que produce la Jabilla criolla puede causar irritaciones en la piel, así como ceguera temporal en humanos y animales.
Ecológicamente se le considera como protector de las orillas de los ríos, porque evita que sean socavadas por las inundaciones y la erosión. También se considera que ayuda a la purificación del aire, ya que absorbe el dióxido de carbono y en los lugares donde es nativo almacena gran cantidad de agua, minimizando las sequías estacionales.
En República Dominicana, la Jabilla Criolla se encuentra esparcida por todo el territorio, no solo en zonas cercanas a los ríos, sino también en las ciudades. En la ciudad de Santo Domingo se encuentra una gran cantidad de este árbol, por ejemplo, en el Parque Iberoamericano. Aún se conserva un viejo ejemplar que dió nombre a una muy conocida parada de autobuses y carros que viajan a la región Norte (Cibao), conocida como La Jabilla.
Se recuerda también el uso que le daban los niños a los frutos de la Jabilla antes de secarse. Fabricaban patines y carros de jugar, usando estos frutos como ruedas.
Los Árboles de Jabilla Criolla de las fotos se encuentran en Bonao, en las Terrenas y en la avenida San Martín, en Santo Domingo.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Hura_crepitans
http://www.riomoros.com/2017/05/jabillo-hura-crepitans.html
http://www.fundesyram.info/biblioteca.php?id=2403
http://www.elmundoforestal.com/esperanza/1VERDES/jabillo0.html