Guayabilla, Derrienga chivo, Fruto de primavera, Cafecito y otros nombres. Es también conocida como Requia, Trompillo o Guaraguao en otras regiones. Su Nombre científico es Samyda dodecandra y pertenece a la familia Salicaceae, que anteriormente se conocía como Flacourtiaceae.
Su lugar de orígen se considera como las Indias Occidentales (Antillas Menores, Antillas Mayores) y norte de Sudamérica (Trinidad). Es nativa de República Dominicana.
Es un arbusto de porte bajo a mediano, de unos 2 a 6 metros de altura, que se adapta a diferentes condiciones de clima y suelo, sobre todo en el bosque semihúmedo.
Sus raíces son fibrosas y los tallos crecen de manera ascendente.
Las hojas son de forma oval u oblonga, con una longitud de 3 a 11 centímetros. Son aterciopeladas o peludas, con venas prominentes y márgenes finamente dentados.
Las flores no tienen pétalos, más bien presentan cinco sépalos rosados y en algunas especies son blancos, de unos 4 a 5 milímetros.
El fruto tiene forma elipsoidal, de unos 2 a 3 centímetros, de color rojo anaranjado.
La reproducción de la Guayabilla se logra por medio de semillas o esquejes y depende de la madurez de la planta madre.
La Guayabilla se utiliza como ornamental y como sombra en carreteras, así como en medicina popular contra la fiebre y la disentería.
Al fruto se le atribuyen propiedades afrodisíacas, y es una planta melífera.
La raíz se utiliza tradicionalmente en algunas comunidades como un remedio para problemas de piel. También se considera que las hojas tienen propiedades anestésicas y estimulantes, y que las raíces ayudan a la conservación del suelo.
La Guayabilla se puede encontrar en diferentes zonas de Santo Domingo de Guzmán. En el Jardín Botánico de Santiago, también se puede encontrar la Guayabilla junto a otras especies nativas y exóticas.
El arbusto de Guayabilla de las fotos se encuentra en el Parque Mirador Sur, Santo Domingo.
Referencias:
https://www.regionalconservation.org/ircs/database/plants/PlantPagePR.asp?TXCODE=Samydode
Diccionario botanico de nombres vulgares de la Española, por Alain Henri Liogier

























































